Transiciones.-

Acá estoy, como todxs, comenzando un año en el que parece imposible programar, proyectar o siquiera pensar más allá del día de hoy.

El momento me recuerda a las transiciones que viví, a las veces que me separé o perdí a seres queridos.

Y a las que acompañé en los años de práctica profesional.

De pronto quedás sin la vida conocida, se diluyen los rituales cotidianos, los sostenes, el afecto y el modo en que lo das y recibís.

En ese período sos una diletante.

Caminás a tientas, sin saber cómo será la vida en adelante.

A veces reaccionás ante la incertidumbre, tratando de aferrarte a aquello que ya no está. Y parece ser cuando más duele.

Otras veces podés acompañar lo que está sucediendo a ver adónde te lleva.

Te quedás ahí sin saber, con una confianza apenas naciente.

Empezás a sospechar que la transición puede ser parte del camino.

Que donde estabas ya no es.

Que se viene algo más vital.