Lxs seres humanos atravesamos diferentes etapas en la vida donde se producen cambios personales, vinculares, familiares, sociales, espirituales. Estas mutaciones suelen ser cíclicas y, a menudo, marcan un pulso vital de renovación constante. Es común que en esos momentos surjan emociones intensas, incertidumbre, miedo a lo que vendrá, conflictos que parecen insuperables, la sensación de no tener dónde apoyarse y muchas preguntas.

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En la orientación y mediación familiar, contemplamos las crisis y cambios como movimientos necesarios  que está haciendo la familia para vivir mejor.

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A veces acompañamos a cerrar toda una etapa de vida - por ejemplo en una separación-  otras a diseñar nuevos modos de vincularse, a reparar, organizar, escuchar de un modo diferente, comprender, diseñar, valorar los recursos que existen ante los momentos difíciles.

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Los caminos son creados por los propios consultantes y su red natural, que vuelven a confiar en su capacidad de gestión y resolución de situaciones.

 

Promovemos espacios de confianza y encuentro humano donde puedan desplegarse las distintas miradas en forma respetuosa,  focalizando en los valores y recursos y mirando hacia el futuro.

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Algunas pautas que guían nuestro trabajo:

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– Acompañar en la construcción de una separación amorosa. 

- Cultivar la confianza en las personas y los vínculos .

– Construir puentes, generar conversaciones colaborativas.

– Buscar y valorar los talentos y recursos de las personas.

– Incluir a todos los miembros de la red en la gestación de una vida mejor.

– Comprender la historia, creencias y valores de cada persona y familia en particular.

– Fomentar la solidaridad familiar por encima del litigio.

– Diseñar distintas alternativas posibles a la situación planteada que contemplen a todos los miembros del grupo.

- Dar asesoramiento legal colaborativo.

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