Mujeres: artesanas de la propia salud.-
- Myr Coh
- 27 sept 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 mar 2024
La historia de las mujeres se ha contado a través de los siglos con el foco puesto en diagnosticar como déficit o patologías lo que a menudo son momentos del ciclo biológico o vital, elecciones de vida que no encajan en lo que “debemos ser”, dolores, angustias, alegrías, sensaciones cambiantes como las estaciones.
Lo que parece revolucionar nuestras vidas es transformar las historias centradas en déficit en relatos de amores y talentos.
Los cambios premenstruales, el ánimo fluctuante, el deseo de vivir solas, los enojos, la rabia, la alegría por logros propios, el paso del tiempo, la necesidad de retirarnos cuando baja la sangre o cuando lo deseamos, tener o no tener hijxs, estar o no en pareja, definir libremente nuestra elección sexual, son etapas cuyo derecho a existir recién estamos comenzando a vivenciar.
En las medicinas ancestrales , equilibrio y desequilibrio, salud y enfermedad son momentos naturales de un ciclo de renovación constante. De la misma observación de la naturaleza se desprende que a todo momento de armonía sigue una desarmonía que permitirá encontrar una nueva armonía y así cíclicamente.
Las mujeres experimentamos ese pulso cíclico mes a mes, durante décadas y, cuando se cierra ese ciclo, se abre otro proceso de mutaciones que nos permite ir hacia lo más esencial de cada una.
Una camino posible es suprimir el desequilibrio con etiquetas que lo convierten en enfermedad - síndrome pre menstrual, depresión post parto, por ej- y con medicamentos que van lesionando nuestra salud a lo largo del tiempo. Otro camino posible es transitarlo cuidándonos con descanso, alimentación saludable, prácticas para la serenidad, fidelidad a nosotras mismas, yuyos y otras medicinas naturales, permitiendo que el cuerpo y la energía se reubiquen y fortalezcan a su ritmo. Si hace falta recurrir a un medicamento o tratamiento alopático podremos hacerlo sin necesidad de dejar de acompañar nuestro pulso interno.
La medicina natural se basa en observar, escuchar, oler, preguntar, tocar. Cada órgano está relacionado con otro órgano, con las estaciones del año, las emociones, los elementos de la naturaleza. Todo está relacionado con todo por lo que es necesario cultivar la armonía entre las partes.
Tenemos la sabiduría para ser las artesanas de nuestra salud, tomar decisiones con criterio propio y, si hiciera falta, el acompañamiento respetuoso de un profesional que incluya nuestra mirada, saberes y contexto en el camino a seguir.
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