La magia de enamorarse y de separarse.-
- Myr Coh
- 15 feb 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 17 feb 2023
- Ayer amanecí pensando que era el Día de San Valentín y yo escribiendo la nota de la semana sobre el proceso de separarse de un amor. Me parecía aguafiestas recordar el mismísimo día de lxs enamoradxs que todo amor lleva implícito un final. Así que comencé a escribir sobre el enamoramiento y la separación al unísono mientras me fueron llevando el sol de la mañana fría barilochense y Tita mirándome entusiasmada, moviendo la cola al lado de la salamandra.
- ¿Hay alguna relación entre enamoramiento y separación? Si bien parecen antagónicos, en realidad son momentos de un mismo proceso. Ambas situaciones nos suceden, más allá de la voluntad. Son transiciones que nos llevan a un nuevo lugar, a menudo incierto. Un trabajo de parto donde hay dolor y amor alumbrando una nueva vida.
Separarse es tan íntimo como enamorarse. A veces observo que nos separamos como nos enamoramos y viceversa.
-Enamorarse suele incluir la magia y también el temor a perder ese amor.
Así como vivir tratando de olvidar que vamos a morir suele generar angustia, enamorarnos sin pensar que ese amor viene junto con su tiempo cíclico de finales y nuevos comienzos implica vivir haciendo fuerza para no perderlo. Es como meter al amor en una botella. Sin aire se irá asfixiando lentamente.
-El desamor no es necesariamente lo que sucede en una separación. Gran parte de las parejas que se separan se aman por eso quizá es tan duro el proceso. Lo que a menudo se termina es el cauce que se le dío al amor en el vínculo, la forma de percibirlo que cada unx tiene, los sentidos de vida que se bifurcan, la atracción que se diluye, la rutina que va minando las bases construídas en común, la exigencia que pesa sobre cómo debe ser una pareja, o un aprendizaje que ya cumplió su ciclo y necesita cerrar para iniciar nuevos caminos.
- También mientras nos separamos podemos sentir la magia del enamoramiento, un cosquilleo interno ante la liberación de lo que estaba estancado y la llegada de la nueva vitalidad.
-Enamorarse de otra persona tampoco es necesariamente sinónimo de amor. Puedo estar enamoradísima de alguien que me trata o a quien trato con desamor y, así y todo, sentir esa atracción irresistible.
Amor y desamor parecen ser también dos caras de la misma moneda.
- Ayer una mujer llamada Laura me envió un mensaje al leer el post que publiqué por el día de San Valentín: “ Qué bueno eso que escribís. Hay mucho trabajo en la construcción del amor y del desamor. Pero la magia del estado de enamoramiento es vital. Abrazote!”
Gracias Laura por tu mensaje! Me hacés pensar que la magia del estado de enamoramiento es una magia interior. La palabra “ estado” alude a un modo de estar. Podemos “estar enamoradxs” de la vida. Y eso puede ser suficiente para sentir que vivimos con sentido. También podemos “estar enamoradxs” de otra persona y eso darnos un camino y la magia de la que nos hablás en tu mensaje.
- En el tai chi se entrena el estado de enamoramiento. Unimos adentro las energías de Cielo y Tierra, que se enamoran al encontrarse en nuestro centro, detrás del ombligo, la zona donde nos originamos. Me pareció siempre muy hermosa esta práctica, donde se produce en la serenidad ese encuentro de espíritu ( Cielo-yang) y energía ( Tierra-yin) que luego se va extendiendo al cuerpo y la vida entera. Entonces te podés sentír enamorada al subir una montaña patagónica, al inspirar el aroma de la mañana, al tomar un mate con un ser querido, al ver caer las hojas doradas en otoño, al practicar tai chi, al conocer a alguien que te enciende, al caminar por las calles una tarde de primavera.
Es un estado donde se unen vida (fuego - corazón) y destino ( agua-riñones) y todo parece florecer, según nos dice el I Ching, libro milenario de los cambios, en su hexagrama número 50, El Caldero. ( Ya volveré sobre esto en otra nota)
Decís Laura que la magia del enamoramiento es vital y pienso que es esa misma vitalidad la que enamora.
El libro milenario de las mutaciones nos habla del enamoramiento en el hexagrama número 31, El influjo. Es la montaña que tiene un lago arriba. “ Una montaña, que tiene encima un lago, obtiene estímulo gracias a la humedad de éste. Tal ventaja le es dada por el hecho de que su cumbre no sobresale, que es una cumbre ahuecada.” De este modo, con esa disposición receptiva, podemos dejar que los demás se nos acerquen.
El lago y la montaña se ayudan mutuamente, sus fuerzas ejercen entre sí un influjo recíproco. Acá en Bariloche esto se ve en el verde de las montañas que rodean al lago en contraste con la sequedad de la estepa.
Es interesante que este hexagrama se refiere al influjo inconsciente, involuntario y no al intencionado y consciente. Enamorarse, para el I Ching, es algo que sucede por la atracción y ayuda mutua que se da cuando estamos vacíos, con una disposición acogedora. Dejar que suceda. Nada tiene que ver con la voluntad o con el hacer.
En el hexagrama siguiente, el número 32, la duración, se unen trueno y viento, los dos fenómenos más fugaces y móviles que existen. Y justamente es ese movimiento permanente, ese encontrarse y desencontrarse del trueno y el viento, lo que produce una renovación constante que perdura en el tiempo. Así como el influjo del hexagrama 31 se refiere al enamoramiento, el 32, La duración, nos habla del matrimonio o la pareja como fenómeno que dura, siempre que se renueve constantemente.
Una mirada revolucionaria nos trae el I Ching que, desde hace más de 8000 años, devela el secreto de un amor duradero: “ Múltiples y variadas experiencias sin hastío.”
Bueno, hasta aquí llego hoy. Gracias por leer mis notas y espero sus comentarios!
Mi instagram: @dramyriamcohen
Abrazo de osa.-
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